Se me ocurre hoy enseñaros la colección de imanes que tengo en la nevera y os contaré como comencé con esta manía. Una entrada colorista, como a mi me gustan, os cuelgo además tres fotos parciales para que los veais mejor.
Como supongo que os pasará a todos cuando haceis un viajecito siempre os gusta llevar algún recuerdo para los familiares. Es pesadísimo y pierdes mucho tiempo comprando para unos y para otros y sobre todo decidirte por algo que no sabes si le va a gustar. 
A nosotros nos pasaba siempre hasta que decidí decirles a cada uno que se iba de vacaciones que para mí me trajeran un imán para la nevera, que no quería otra cosa y todos contentos, para mí no tienen problemas de buscar un regalito y yo encantada pues así sé que no pasan el tiempo pensando que me compraran ( y encima con dos o tres euros quedan como reyes). 
Esto ya lo tenemos implantado desde hace años, tengo bastantes guardados porque no me caben, ¡¡¡ tendré que comprar un figrorífico mayor!!!. Menos mal que a mis nietos, antes los mayores y despues los pequeños, les encantaba jugar con ellos y ordenarlos a su manera y como al caer rompen era la mejor manera de ir variándolos. Ahora ya pasan de ellos, aunque siempre se fijan si tengo alguno nuevo, pero si llegan a casa amigos con niños pequeños...parece que los imanes actúan de "imán" para los críos.
Y no creas que tiro los pedazos los guardo en una caja por si algún día se me ocurre repararlos (cosa que no creo) pero me da pena tirarlos porque todos tienen sus historia.
Me supongo que os estareis sonriendo con mis cosas, ya sabeis lo importante que es sonreir, si lo consigo, ¡qué bien!
Otro día os enseñaré la colección de sombreros. Cuando ibamos de viaje nosotros, siempre traíamos un sombrero típico, que logicamente lo usaba yo durante las vacaciones y despues lo colgábamos en nuestro dormitorio.
¡En esa época teníamos las paredes de la habitación llenas de sombreros!...No tenía ni cuadros. Uff, era tremendo. Pero también era bonito, nos recordaban todas las vacaciones.
Los recogí todos hace tres años y ahora los tengo guardados en cajas.
Os lo recomiendo porque salió muy bueno. Le perdono todos los cacharros que tuve que manchar para hacerlo, pero repito que no es difícil.